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Espero que hayas podido orar esta sencilla oración, “Jesús, cedo mi voluntad a la tuya”, cada mañana. Esto va más allá de simplemente repetir una oración, por supuesto. Se trata de una decisión interna de rendirlo todo al Dios que te ama más de lo que podrías imaginar.
La entrega es la clave que enciende el flujo del Espíritu, activa los dones del Espíritu y cultiva el fruto del Espíritu. A través de la entrega, te transformas en la persona que fuiste creada de manera única para ser. Incluso tu personalidad adquiere una nueva dimensión profunda a medida que la influencia del Espíritu fluye a través de ti.
Esta transformación no es el resultado de tu propia fuerza o habilidades, sino más bien el trabajo del poder de Dios dentro de ti. Cuanto más tiempo pases con Él y más confíes en Él con todo tu ser, más profundo será el trabajo que Él hace en ti. Él te cambia desde adentro hacia afuera, y ese cambio genuino produce resultados que son una bendición para ti y para quienes te rodean. La entrega conduce a la transformación, y la transformación produce buenos frutos.
La entrega no es una decisión única, sino más bien un estilo de vida diario. Por eso, esta es la primera oración sencilla que estamos explorando, y es una que deberías orar regularmente.
He notado que un aumento en mi nivel de ansiedad sirve como una prueba para áreas en mi vida que no he entregado completamente al Señor. Cuando la ansiedad comienza a infiltrarse en tus pensamientos y emociones, a menudo significa que tu corazón está intentando inconscientemente recuperar el control en áreas que has confiado a Dios. El sentimiento de preocupación, miedo o frustración puede indicar una desviación del flujo del Espíritu Santo de justicia, paz y gozo. Incluso si has orado una oración de entrega por la mañana, esto puede suceder a mitad del día, llevando a la ansiedad como consecuencia.
Cuando la ansiedad amenaza con reemplazar tu paz, es una llamada a una nueva entrega. En estos momentos, es útil detenerse, tomar una respiración profunda y recitar la sencilla oración una vez más: “Jesús, cedo mi voluntad a la tuya”. Examina tus pensamientos y observa si has tomado el control de alguna área, luego devuelve esa área a Dios.
Mañana continuaremos con otra oración sencilla, pero te invito a seguir orando esta cada día: “Jesús, cedo mi voluntad a la tuya”. Permítete descansar en Él y confiar en Él. Dedica unos minutos a examinar cada área de tu día, tu familia, tu carrera, tu carácter y tus planes. ¿Estás completamente rendido a Dios?
“Pues Dios no nos ha dado un espíritu de temor y timidez sino de poder, amor y autodisciplina.”
“En cambio, la clase de fruto que el Espíritu Santo produce en nuestra vida es: amor, alegría, paz, paciencia, gentileza, bondad, fidelidad, humildad y control propio. ¡No existen leyes contra esas cosas!”
“No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús. Y ahora, amados hermanos, una cosa más para terminar. Concéntrense en todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo bello y todo lo admirable. Piensen en cosas excelentes y dignas de alabanza.”
Estar con Jesús 365 Devocional
© 2023 por Mark Jones
Publicado por Grafo House Publishing
Guadalajara, México
en colaboración con
Jaquith Creative
Tulsa, Oklahoma
ISBN 978-1-963127-01-0 (impreso)
978-1-963127-02-7 (electrónico)