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Al llegar al final de la semana 3 en la Experiencia de Adoración de 40 Días, estamos explorando la sencilla oración, “Jesús, te necesito”.
La hermosa verdad que resalta esta oración es que Jesús es la fuente de la ayuda que necesitas. Si eres como yo, puede ser fácil concentrarte tanto en lo que necesitas —finanzas, sabiduría, fuerza, sanidad— que casi pierdes de vista a quién necesitas: a Dios. Él es la fuente de tu ayuda.
Permite que tus necesidades sentidas enfoquen tu atención en aquel que suple todas tus necesidades. Si te despiertas cargado o abrumado por las preocupaciones de la vida, o si obstáculos abrumadores y temores imponentes proyectan sombras sobre tu día, acude a Dios. Ora: “Jesús, te necesito. Necesito ayuda. Necesito valentía. Necesito sabiduría. Necesito que abras puertas para mí”. La Biblia dice:
Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza; siempre está dispuesto a ayudar en tiempos de dificultad.”
Salmo 46:1
La palabra hebrea traducida como “siempre dispuesto” significa estar extraordinariamente dispuesto para estar presente. En otras palabras, la ayuda que Dios te ofrece no es débil, no está reacia ni se demora. Su ayuda es fuerte y poderosa. Está listo, dispuesto y completamente capaz de satisfacer tus necesidades.
El Salmo 121 dice:
Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza; siempre está dispuesto a ayudar en tiempos de dificultad.”
Salmo 121
La pregunta es retórica. El salmista sabe que su ayuda no proviene de los montes, sino del Señor. Los montes representaban una esperanza terrenal, una fuente de ayuda limitada e improbable. Me pregunto, ¿con qué frecuencia miramos hacia “montañas” en nuestras vidas, esperando que la ayuda llegue desde algún lugar más allá del horizonte, cuando tenemos a Dios con nosotros todo el tiempo? En lugar de mirar ansiosamente hacia fuentes terrenales de ayuda, debemos volver nuestros ojos a Dios, sabiendo que “nuestra ayuda viene del Señor”.
Esta mañana, considera las necesidades más apremiantes en tu mente. Luego, acude a Jesús en oración. Dile lo que necesitas. Deposita tus preocupaciones en Él, porque Él se preocupa por ti.
“Ciertamente, yo soy la vid; ustedes son las ramas. Los que permanecen en mí y yo en ellos producirán mucho fruto porque, separados de mí, no pueden hacer nada.”
“Levanto la vista hacia las montañas;
¿viene de allí mi ayuda?
¡Mi ayuda viene del Señor,
quien hizo el cielo y la tierra!
Él no permitirá que tropieces;
el que te cuida no se dormirá.
En efecto, el que cuida a Israel
nunca duerme ni se adormece.
¡El Señor mismo te cuida!
El Señor está a tu lado como tu sombra protectora. El sol no te hará daño durante el día,
ni la luna durante la noche.
El Señor te libra de todo mal
y cuida tu vida.
El Señor te protege al entrar y al salir,
ahora y para siempre.”
“El Señor oye a los suyos cuando claman a él por ayuda; los rescata de todas sus dificultades.”
“Enseñen a los nuevos discípulos a obedecer todos los mandatos que les he dado. Y tengan por seguro esto: que estoy con ustedes siempre, hasta el fin de los tiempos.”
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Estar con Jesús 365 Devocional
© 2023 por Mark Jones
Publicado por Grafo House Publishing
Guadalajara, México
en colaboración con
Jaquith Creative
Tulsa, Oklahoma
ISBN 978-1-963127-01-0 (impreso)
978-1-963127-02-7 (electrónico)